Cada vez son más los bidones celestes de 20 lítros que se acumulan en las conserjerías de los edificios esperando ser repuestos por las empresas de reparto de agua purificada.
¿Qué beneficios tiene este producto respecto del líquido que sale de nuestra llave?
El proceso de potabilización de nuestra agua involucra la presencia de compuestos como el sodio, calcio, magnesio, cloro, azufre y fósforo; mientras, el producto purificado se obtiene desde la destilación.
Ahí el agua es hervida, evaporada y condensada para eliminar todo tipo de minerales, microorganismos, partículas en suspensión y residuos que se originan en el alcantarillado (sarro), con el fin de garantizar su salubridad y seguridad.
Ambas opciones (al agua potable y purificada) son seguras en su consumo pero el agua purificada es más amigable con la salud de las personas que realizan un uso abundante de este vital elemento.