Básicamente depende de dos factores: la tensión eléctrica y la resistencia del cable.
Los cables eléctricos se encargan de transportar el flujo de electrones, es decir corriente eléctrica. Normalmente no es algo apreciable pues los electrodomésticos más habituales de tu casa no consumen demasiado, pero si tienes hornos o estufas eléctricas puedes llegar a notar como se calienta el cable al que se han conectado. Si esto sucede, debes cambiar el cable por uno de mayor diámetro para evitar el sobrecalentamiento
Esta resistencia al paso de la corriente es la responsable de que los cables generen calor y esto puede pasar si un cable tiene una carga excesiva de amperes. La resistencia de un cable depende a su vez del diámetro del mismo y de su longitud. Es decir, cuanto más estrecho y largo sea el cable, más resistencia opondrá. Y viceversa: cuanto mayor sea su diámetro y menor su longitud, menos resistencia al paso de la corriente opondrá.
Al momento de producirse un cortocircuito se genera una corriente muy elevada, esto provoca una circulación excesiva de electrones en los cables, debido al calibre del conductor este podría hasta derretirse fácilmente si no funcionaran las protecciones. Desenchufa de inmediato lo que crees produjo el corto y desactiva la fuente de electricidad.
Es importante que prestes atención al cableado que alimenta a los aparatos de mayor consumo en tu casa. Si uno de esos cables se calienta demasiado podría llegar a derretir el aislante y provocar un peligroso cortocircuito. Siempre llama a un especialista en electricidad para reparar tus enchufes o conexiones eléctricas.