Lo mejor es dejarlo en manos de expertos, pero es importante que sepas algunos consejos.
Por lo general este tipo de líquidos se usan en lugares de trabajo y son manejados por personal capacitado. Sin embargo hay algunos de uso doméstico que también deben ser manipulados con mucho cuidado. Ten siempre en cuenta algunas reglas sencillas, de sentido común, al manejar y almacenar líquidos inflamables. Así puedes evitar lesiones a tu persona y también evitar peligrosos incendios.
Los líquidos inflamables en sí no arden, pero según se evapora el líquido, emite vapores que, al mezclarse con el aire, forman gases peligrosos que pueden incendiarse con sólo una pequeña chispa.
Siempre debes leer con cuidado las etiquetas que los fabricantes, antes de usarlos o almacenar los líquidos inflamables. Es importante mantener orden y limpieza en las áreas de almacenaje de éste tipo de líquidos.
Limpia inmediatamente cualquier derrame y deja los paños usados en la limpieza dentro de un recipiente metálico cerrado con ventilación por abajo.
Usa sólo recipientes metálicos de seguridad aprobados, o el recipiente del fabricante original para almacenar líquidos inflamables.
Mantén los recipientes cerrados cuando no estén en uso; almacénalos alejados de salidas y pasillos para evitar tropezar con ellos y evitar un posible derrame.
No confíes en tu olfato para determinar que un área o recipiente está libre de vapores. No todos los líquidos inflamables emiten gases con olor. Algunos vapores también son venenosos, además de ser inflamables. Usa líquidos inflamables sólo donde se cuente con una ventilación adecuada.
Ten cuidado de no derramarte líquidos inflamables sobre tu ropa. Éstos pueden ocasionar irritación dolorosa de la piel o incendiar la ropa. Si se derrama un líquido inflamable sobre ti, moja con agua la ropa de inmediato, o cámbiate de ropa lo más rápidamente posible. Ante cualquier duda es mejor que llames al 132 de Bomberos.