Aunque su uso está regulado, muchos compran fuegos artificiales sin saber que su manipulación es altamente peligrosa.
Entretenidos y bonitos, pero los fuegos artificiales no son más que artefactos de pólvora que pueden convertirse en una pesadilla inesperada para los niños y sus padres. La recomendación es no comprar fuegos artificiales y solo disfrutarlos a la distancia cuando municipios o empresarios los ofrecen a la comunidad.
Los daños más comunes van desde quemaduras leves o trauma acústico por el estallido del artefacto, lo que genera sordera temporal o permanente por daño en el nervio auditivo. Las consecuencias moderadas incluyen quemaduras de segundo grado, ropa quemada o heridas producidas por esquirlas de metal o vidrio al estallar los artefactos dentro de recipientes de esta naturaleza. En los casos más graves hay que mencionar quemaduras de tercer grado, amputación de dedos o ruptura del tímpano.
Para evitar esta situación, conoce aquí estas sencillas recomendaciones:
1.- No permitas que los niños manipulen fuegos artificiales.
Ni siquiera las estrellitas son seguras para los niños. Arden a la misma temperatura que un fósforo casero y pueden ocasionar que el pelo y la ropa se prendan en fuego.
2.- Habla con tus hijos sobre qué hacer en caso de accidente.
Si por alguna razón se produce fuego en sus ropas, enséñales que deben detenerse, tirarse al suelo y rodar sobre sí mismos. Un recipiente con agua siempre es bienvenido en estos casos. Asegúrate que saben cómo llamar a Bomberos en caso de emergencia.
Este fin de año, invita a tu familia a disfrutar los fuegos artificiales que la ciudad de Santiago ofrece a su comunidad y no corras ningún riesgo.