Una de las buenas prácticas heredadas del Covid-19 es la conciencia sobre la necesidad de ventilar regularmente los espacios cerrados con grupos de personas en su interior. En los meses fríos de otoño e invierno esta práctica debe mantenerse ya que es la única manera de evitar el exceso de humedad y la acumulación de gases tóxicos (CO2), que se ve incrementada por el uso de calefacción.
Ventilar los espacios cerrados por 20 minutos, ojalá dos veces al día, te ayudará a evitar alergias de todo tipo, la aparición de moho por la humedad, el debilitamiento del sistema inmunológico y el desarrollo de otras enfermedades como alergias, asma y las migrañas o dolores de cabeza.