Esperar mínimo una hora después de comer, hidratarse y consumir potasio son algunas de las recomendaciones.
En la época veraniega, la mayor cantidad de panoramas se asocian a destinos como playas y piscinas. Por esto es muy importante conocer los riesgos que puede haber en estos lugares como lo son los espasmos musculares o calambres en el agua.
No es un mito el peligro que puede ocasionar un chapuzón inmediatamente después de comer. Es importante esperar una o dos horas antes de hacer una actividad física y entrar al agua. Así se evitan las lesiones e, incluso, accidentes fatales.
La razón es que después de comer alimentos, la mayor concentración de sangre fluye hacia el aparato digestivo, lo que evita que en esos momentos los músculos de las extremidades reciban una adecuada cantidad de nutrientes. Además el poco potasio y la deshidratación aumentan las posibilidades. Tras sufrir un calambre, se recomienda estirar la zona contraída y descansar antes de retomar la actividad física.
Una contracción muscular inhabilita por un periodo de tiempo la extremidad por lo que puede resultar mortal. En el nado, generalmente ataca las pantorrillas o los muslos. El dolor y la inmovilidad de la extremidad afectada hace casi imposible seguir nadando. Ahí está el peligro.
Para evitar un calambre es necesario esperar el tiempo recomendado antes de entrar al agua y hacer previamente algo de ejercicio leve.
No basta con una buena condición física, los accidentes se generan por un descuido y la irresponsabilidad de los bañistas. Si no se has practicado deporte durante el año, no es recomendable a nadar en las profundidades. Es mejor disfrutar del agua en las zonas aptas, no arriesgarte y exigirte más allá de la cuenta. Cuídate este verano.