Una tradición que se mantiene hasta hoy y tiene sus inicios en el año 1859
De noche, como escoltas de su compañero, acompañados de sus carros, Bomberos de todo el país siguen esta solemne tradición nacida en 1859.
En esa época, reinaba cierta inestabilidad política, y las autoridades decretaron toque de queda, con el fin de evitar el tránsito y quehacer normal de las personas para poder tener un control más efectivo de la situación. El día 12 de Abril de ese año, la Tercera Compañía del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso tuvo que lamentar la pérdida del Voluntario, Domingo Espineira. Sus Camaradas no contaron con la autorización correspondiente por parte de las autoridades para realizar sus funerales, debido al clima convulsionado que existía en esos momentos.
Por esta razón, los bomberos decidieron realizar el funeral de su joven camarada, en forma oculta y teniendo como aliado la oscuridad de la noche, alumbrándose sólo antorchas, chonchones y faroles hasta llegar al campo santo. Así se dio inicio a una tradición que se ha mantenido por casi ciento cincuenta años.
Desde entonces, y creando una tradición de magia y leyenda, los Bomberos de todo Chile, sepultan de noche a sus compañeros de nobles postulados; portando en sus manos acostumbradas a las hachas y pitones, modestas antorchas que, acompañando a la muerte, simbolizan el Fuego y la Luz palpitante de la vida.