Un gran desafío que enfrentan hoy las comunidades de edificios es prepararse para enfrentar escenarios de emergencia. Esta tarea posee dos dimensiones:
a) la verificación de los artefactos e implementos que deben encontrarse dispuestos para enfrentar una alarma (red seca, extintores, alarmas de incendios y rociadores.
b) la planificación de una evacuación en caso de ser necesario (plan de emergencia y evacuación indicado en la ley de copropiedad).
En ambos casos, el rol activo que deben mantener las comunidades resulta fundamental para crear conciencia en los copropietarios sobre la necesidad de contar con medidas que garanticen su seguridad. En esta labor es fundamental establecer un vínculo cercano con Bomberos y realizar inspecciones preventivas de rociadores, extintores, señalética y vías de evacuación cada tres meses.